Seguidores del paredón

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miércoles, 12 de octubre de 2011

Oscar Schemell, del Juan Sebastián Bar a Hinterlaces

Cuando Hinterlaces apareció en el abanico de los sondeos, Oscar Schemell, buscando notoriedad en los medios privados, siempre ponía en picada la popularidad de Chávez.  Hace algunos meses,  Hinterlaces y Schemell se daban  a conocer así:  

“El director de Hinterlaces, Oscar Schemell, sostuvo en declaraciones que, según su estudio, ‘se mantiene la tendencia’ a la baja de la popularidad del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.  ‘Las medidas contra la propiedad privada, particularmente en el caso de empresa Polar, no han sido bien recibidas por los venezolanos, que están próximos a elecciones parlamentarias, señaló. Schemell aseguró a Unión Radio que a pesar de un pequeño repunte que tuvo en el mes de mayo la popularidad del presidente basada en la valoración de su gestión está en 40% en este momento, un porcentaje significativo más bajo que en épocas anteriores".

Sin embargo, recientemente con la situación más difícil: mayor inflación, marcado desempleo, niveles de inseguridad desbordados, damnificados hacinados en inhóspitos refugios,  con un Presidente enfermo y debilitado, Schemell se hace eco de la vocería oficial y dice que el caudillo y el Gobierno gozan de plena salud. La cual califica  con 58 por ciento de preferencia y aceptación.En síntesis, estamos en presencia de una guerra de encuestas, patrocinada por el Gobierno y dirigida a desmoralizar las protestas y las exigencias más sentidas de la población. En años electorales las encuestas se convierten en una mina de oro para quienes se dedican al negocio de medir la popularidad o aceptación de los candidatos. Bajo la falsa conseja de que ellos retratan el sentir del pueblo. Desde que llegó Chávez al poder, e incluso en las elecciones de 1998, las empresas encuestadoras florecieron como nunca antes.

Pero ¿dónde están los encuestadores? ¿A quiénes encuestan? En nuestros barrios y sectores populares nunca vemos a nadie haciendo encuestas. Ni siquiera cuando vamos a los mercados municipales. Desde hace muchos años no sabemos qué es una encuesta. Ya ni nos preguntan qué emisora de radio escuchamos, o qué canal de TV vemos. Tampoco conocemos ni sabemos de compatriotas que trabajen en las mentadas empresas encuestadoras. Si no lo creen hagan una encuesta en Petare y Catia y pregunten: “cuándo fue la última vez que lo entrevistaron para una encuesta”.  

En otras palabras, en Venezuela el fascinante mundo de las encuestas y de la opinión pública ha  quedado para la imaginación e intereses de los profesionales de la manipulación: los encuestólogos; y sus clientes: los políticos. Entre los encuestólogos más veteranos tenemos a Luis Vicente León, Alfredo Keller y Seijas. Entre los más advenedizos y oportunistas encontramos a Oscar Schemell y  Jesse Chacón.

En relación con Schemell, según hemos podido investigar, se trata de un periodista frustrado. Estudió en la Escuela de Comunicación Social de la UCV, para evadir las estadísticas y las matemáticas. No obstante, tampoco dio pie con bola con los informativos, de manera que decidió irse por la mención de Relaciones Públicas y Publicidad. Paralelamente, cursó algunas materias en la escuela de Filosofía, bajo la dirección del difunto Pedro Duno. Una vez graduado como publicista se incorporó a Hener Publicidad. Allí ha hecho de todo un poco. Fue asistente artístico, creativo y relacionista público, hasta que inventaron Hinterlaces  y lo pusieron al mando gracias a su labia y habilidad para mezclar sofismos con porcentajes.

Durante su trabajo en Hener Publicidad, Schemell tuvo como su mayor responsabilidad   las relaciones interinstitucionales  de Aerocav. Les organizaba las fiestas patrias: día de la secretaría, cumpleaños de los directivos, el amigo secreto, navidades, año nuevo, etc. Para tal fin tenía un intercambio con Juan Sebastián Bar, en El Rosal, muy cerca de la Torre Hener. Los parqueros del lugar le tienen mucho cariño. Dicen que bebé como un cosaco. Proporcionar a su estatura. Hasta hace  algunos años, cuando era un perfecto desconocido, salía del local y se confundía con los mariachis y las prostitutas que hacen paradas en los alrededores del bar esperando vender su espectáculo.

De acuerdo a lo investigado, Hinterlaces no existe. Carece de una sede debidamente equipada para procesar datos. No posee una  estructura operativa para coordinar encuestadores. Y, por si fuera poco, sus declaraciones en el Seniat no corresponden con las de una empresa que realiza trabajos de campo de mediana importancia.

En conclusión, las cacareadas encuestas son producto de la vida nocturna de Schemell y sus amigos de “palos”. Ni siquiera las que dice hacer por teléfono las hace. En lo que sí lo aventaja Jesse Chacón, quien cuenta con la central telefónica que montó Andrés Izarra en Cantv para dicho objetivo, la cual está a cargo de Diczia Chacón, hermana del ex ministro y adjunta a la presidencia de la telefónica.

El resto de los encuestadores también se manejan según intereses muy particulares. Pero cada caso sería una nueva historia a develar. La verdadera encuesta y sentir está en el barrio, en la calle, en los hospitales, en la morgue, en las cárceles y en las urnas electorales el 07 de octubre del año próximo. Si es que nos dejan pasarles factura a esta revolución de farsantes y a sus encuestólogos.

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